5 de Marzo del 2009

La construcción de represas permite la distribución de agua, aunque también desencadena problemas ecológicos y sociales importantes, destacó Gian Carlo Delgado Ramos, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
En el país el inconveniente que presenta este recurso es que está repartido de manera desigual: 70% se concentra en los estados al sureste y 30% en las entidades restantes. Por esto, más de dos terceras partes del país son áridas, semiáridas o cuentan con un nivel bajo de disponibilidad hídrica.
También se debe considerar que su vida es corta, pues varía entre 25 y 50 años; ocasionalmente cubren tierras con ruinas prehispánicas y generan gases de efecto invernadero cuando la biomasa bajo su superficie comienza a descomponerse y arroja dióxido de carbono y metano.
Hay 45 mil instalaciones de gran proporción en el mundo: en Latinoamérica existen mil 553 (537 están en México 37 en Centroamérica y 979 en Sudamérica), según la Comisión Mundial de Represas. México tiene la tercera parte de las represas mas grandes en América Latina.
En 2006, la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua), calculó que para 2030 la pobación mexicana alcanzará 125 millones de habitantes y que la necesidad del líquido será superior en 25% a la actual.